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Estancia Jesuítica La Candelaria, un tesoro arquitectónico de Córdoba

Más de 3 horas de viaje y un camino que recorre campos, montes y algún que otro pequeño poblado, separan a la Ciudad de Córdoba de la Estancia «La Candelaria»: la más extensa de todas las estancias jesuíticas.

Estas tierras, llamadas antiguamente “Polotosacate” fueron otorgadas en merced al Capitán García de Vera y Mujica por el entonces teniente gobernador Quiñones.

Estancia Jesuita La Candelaria

García de Vera y Mujica se ocupó, entre otras cosas, de organizar una estancia a la que bautizó con el nombre de “La Candelaria” y de la cual se ocupó hasta su muerte. Años más tarde, su hijo Francisco de Vera y Mujica donaría estos territorios a la Compañía de Jesús.

Como sucedió con el resto de las estancias jesuíticas, este establecimiento productivo estuvo dedicado íntegramente a solventar los gastos propios y a sustentar los gastos que demandaba el Colegio de Córdoba.

Estancia Jesuitica La Candelaria

«La Candelaria» llegó a tener cerca de 300 mil hectáreas y estaba orientada a la ganadería extensiva, especialmente mular. También contaba con talleres de carpintería, herrería, telares y distintas residencias que servían para alojamiento de los jesuitas y de los esclavos negros.

Como toda estancia jesuítica contaba con un tajamar, el cual bordeaba el antiguo río Guamanes y un molino del cual hoy se puede visualizar los restos.

Estancia Jesuitica La Candelaria

Habitaban la estancia un padre y un hermano estanciero, además de unos 184 esclavos a los que les eran encomendados los durísimos trabajos de abrir los caminos, construir las pircas, criar los animales y mantener impecable tanto el templo como la casa de los sacerdotes.

Este punto es muy importante, ya que poco se habla de los negros esclavizados a la hora de estudiar las estancias jesuíticas.

Lo cierto es que Córdoba también tuvo negros de origen africano que formaron y forman parte de su historia. Esclavos negros tomados de aquí y de allá, despojados de sus tierras y de sus familias y vendidos como mercancía si es que la muerte no se adueñaba antes de ellos.

Estancia Jesuitica La Candelaria
Ingreso a la Estancia Jesuitica La Candelaria

En el caso de la obra jesuita la historia oficial nos ha legado los nombres de los arquitectos que diseñaron las estancias y sus capillas, los nombres de los sacerdotes que las habitaban, pero casi nada sabemos de los negros que levantaron estos edificios, los que producían a destajo, de cómo eran sus cementerios o los sitios de sociabilización o sus rituales.

Nadie puede negar el valor y la importancia del legado que los jesuitas dejaron en esta ciudad, pero se trata no solo de contemplar la belleza arquitectónica de este conjunto, sino también de reivindicar a quienes proveyeron la mano de obra y que hoy forman parte de nuestra memoria colectiva.

Estancia Jesuitica La Candelaria

Un detalle que hace que “La Candelaria” sea especial, es el entorno en el cual se encuentra ubicada. El largo y agreste camino serrano que hay que atravesar para llegar, el paraje en el cual está inmersa y toda esa soledad que se respira entre tanta naturaleza la distinguen de otros establecimientos jesuíticos.

Las ciudades de Alta Gracia o de Jesús María han evolucionado tanto, que a cualquier turista que visite dichas estancias se le hace difícil imaginarse que aspecto tenían estos establecimientos años atrás. En La Candelaria, por el contrario, aún se pueden observar los restos de los corrales y de los muros de pircas.

Resulta fácil para el visitante trasladarse a la época en que esta estancia era además de un establecimiento productivo, una verdadera fortaleza en la cual los sacerdotes se resguardaban frente a los posibles ataques de los indios de la región.

En la pequeña capilla que domina todo el paisaje, se encuentra una talla de la Virgen de las Candelas, una de las piezas de mayor valor histórico. La Capilla restaurada en blanco, tiene una espadaña y dos campanas, techos de caña y tirantes de madera.

Luego de la expulsión de los jesuitas en el año 1767, la Junta de Temporalidades procedió al desmembramiento de la propiedad en sucesivas ventas. Los predios fueron abandonados y sus construcciones se fueron deteriorando con el paso de los años.

En 1941 la estancia fue declarada Monumento histórico Nacional. En 1978 la Provincia de Córdoba adquirió el casco de la antigua Estancia, restauró la Capilla y conservó algunas construcciones realizadas en piedra, viviendas, tajamar y molino.

En el año 2000 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y hoy forma parte del conjunto de estancias jesuíticas, las cuales son un patrimonio arquitectónico esencial dentro de la oferta turística de Córdoba.

Si visitas Córdoba, no te pierdas de conocer uno de sus tesoros arquitectónicos mas importantes.

Estancia Jesuitica La Candelaria

Datos útiles para la visita:

👉 La Candelaria está ubicada en las Sierras Grandes al noroeste de la capital cordobesa, en el departamento Cruz del Eje.

👉 Se puede llegar por ruta provincial Nº 38 hasta Villa de Soto y desde allí hasta La Higuera o desde Villa Carlos Paz hasta Tanti y allí por camino de Tierra.

👉 Se puede visitar de lunes a domingo. Cuenta con guías que nos permiten el acceso a la Capilla.

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